jueves, 27 de octubre de 2011

NUBES

NUBES

Como enormes manchas tristes
nubes vienen, nubes van,
pintando de tonos grises
la bóveda celestial.
Su lento vuelo dirigen
cruzando el mar de Alborán
y los del tiempo nos dicen
que muy pronto lloverá.
Galerna en el norte, cierto,
pues allí es habitual
pero en el sureste seco
ni cuatro gotas caerán.
Por Levante, el aguecero
con furia descargará.
En La Mancha, bajo cero
y en el centro nevará.
Fuertes tormentas y viento
en el sur padecerán.
Predicción que, de momento,
cumpliéndose al punto está.

Mas, ¿Quién predijo en mi alma
tan horrendo temporal?
¿Quien avisó en su proclama,
de este negro vendaval?
Ésto, yo no lo esperaba,
fue una burla del azar
por eso no supe nada
de mi cruda realidad.
En mi universo de amores
faltaba el pan y la sal
y un cascabeleo de soles
disfrazaba la verdad.
Que iba a verme sin colores,
huérfano en la oscuridad,
sin versos y sin acordes,
sin música y sin cantar.


De un cielo lleno de estrellas
y una luna de marfil
contigo reinando en ellas
y siendo yo el más feliz.
De una coartada perfecta
para acercarme hasta ti
con una sonrisa abierta
y un ramito de alhelí.
De sembrar desde mi huerta
brotes de rosa y jazmín
que llegan hasta tu puerta,
para ti, mi emperatriz.

Pienso que, de todo esto
a sentirme abandonado
media un descomunal trecho
oscuro e intransitado,
pues si a vivir sin tus besos
tú me hubieses enseñado
hoy no me sentiría preso
ni en la espesura encerrado

Y la meteorología
que vi en la televisión
no me anunciara aquel día
que herido quedaba yo,
ya que si quien predecía
hubiese puesto atención
al chaparrón que venía
el daño fuese menor.

Viento de Levante

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